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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Mi yo creativo, mi contacto con la pintura y las manualidades (Mila Irazu)




Cuando hace aproximadamente 15 años puse fin a mi vida laboral pensé que era el momento de llevar a cabo lo que durante años rondaba por mi cabeza: poner a prueba esas habilidades sabes que están ahí, dentro de uno mismo, y consideraba necesario poner en práctica  y así poder determinar hasta dónde era yo capaz. Quería explorar y poder crecer en otros ámbitos.
Siempre he tenido claro que una actitud positiva, no poner en duda la valía personal, tener un objetivo claro a cumplir, y ser conscientes de las aptitudes que todos tenemos en nuestro interior, hace que se pueda conseguir todo lo que te propongas en tu vida.

Y fue entonces cuando decidí despertar mi creatividad. Quise ensanchar esa imagen que tenía de mi misma ya que por esa forma de ser de seguir la norma del cerebro que tiende a encerrarse en rutinas y costumbres, ese razonar por todo y para todo, el tener que estar pisando siempre en tierra firme, nunca había tenido la oportunidad de poder  conectar con la vida desde otro punto de vista, poder abrirme más a las cosas que nos rodean decidiendo que pase algo nuevo en mi vida y con esa confianza seguir adelante. Así que decidí que fuera la pintura lo que despertara en mí todas esas sensaciones y me apunté a los cursos de Dibujo que impartían en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria.

El primer curso fue un compendio de todo: Dibujo (teoría), carboncillo, pastel, óleo, con tres diferentes profesores. Y necesitando percibir las sensaciones que pudiera despertar en mi, me decanté por pintar cuadros a óleo. Comenzamos con el círculo cromático, conocer todas las posibilidades de colores que se forman a partir de los tres primarios. Nos hablaron de la unidad en la composición: rasgos, formas, lugar dónde se colocan los objetos que van a formar el cuadro… y los diferentes estilos de pintura que ha habido a lo largo de los años: Naturalismo, Impresionismo (que nació con el pintor frances Monet y que con parte de uno de sus cuadros inicié mi formación con el óleo), Neoclasicismo, Romanticismo, Neoimpresionismo o Puntillismo, Expresionismo, Superrealismo… Pero cuando llegó la clase del Hiperrealismo me percaté que era donde más identificada me sentía, quizá por la precisión con la que se trabaja. A pesar de ello, durante los siete cursos que permanecí en la Escuela, practicamos con todos y cada uno de los estilos.

Y hace 8 años, cuando vine a vivir a Zuazo de Vitoria, me informaron que en el Centro Social, durante 3 horas y una vez por semana, se impartían clases de  manualidades. Pregunté por la posibilidad de seguir con el óleo y como la respuesta fue afirmativa pensé que era una suerte poder seguir con esta actividad sin tener que desplazarme a Vitoria, así que me incorporé al grupo de 9 personas que lo formaban: Blanca, de Estarrona, que era la más antigua y lleva más de 20 años; Rocío, Asun y Piedad, de Crispijana, que aún forman parte del grupo;  Puri, de Villafranca, que también sigue con nosotras; Pili, Justa, Epi y Fernando de Zuazo, que en diferentes años han ido abandonado el grupo. Trambién se han ido incorporando diferentes personas, siempre de Vitoria, de forma que el número de alumnos nunca ha sido menor de 8, que es el número mínimo que se requiere para mantener la subvención que se recibe de ACOVI. Y todos ellos acompañados y dirigidos por Mayte, que además de tener la paciencia de enseñarnos todas las técnicas de trabajo se encarga también de comprar todos los materiales que el grupo necesita en común y los mantiene guardados en uno de los armarios de clase.

Cada comienzo de curso, en Octubre, Mayte se toma la molestia de traer todo lo que durante el verano ha preparado para que cada una piense en lo que más le apetece hacer. Antes de unirme al grupo, era costumbre comenzar todos con el mismo trabajo, pero al final se decidió que cada uno eligiera lo que más le convenía:  preparar detalles de bebés para nacimientos, para cumpleaños, para comuniones…  Así que Mayte dedica tiempo a ayudarnos en el trabajo de cada una y logra que nos quede digno de la admiración del que lo recibe.

Desde hace algo más de dos años, y por la fabulosa novedad de haber sido abuela, comencé a diversificar mis horas de óleo con preciosos trabajos infantiles en manualidades, así que ahora dedico más tiempo a mi pequeña a pesar de que voy ultimando uno de mis laboriosos cuadros.

Cuando es el cumpleaños de cada uno de los participantes, tenemos la costumbre de invitar a un café con unos postres caseros comenzando ese día con una tertulia en la que se crean unos momentos diferentes que pienso que es otra forma más empática de escucharnos.
Somos un grupo consolidado donde, además de despertar la creatividad cada día, nos ayuda a relajarnos, a despejar y serenar nuestra mente escapando de la rutina diaria y donde mejoramos nuestra comunicación, e incluso sentimos tranquilidad cuando compartimos emociones que procuramos que sean positivas, constructivas,  para contagiar al grupo esas energías con la que nos sentimos mejor, con las que nos alegremos el día.

Cada final de curso, se prepara en ACOVI, Elorriaga, con la colaboración de todos los grupos de diferentes pueblos, una exposición de los trabajos que se han ido realizando. Estamos obligadas a llevar, al menos, dos trabajos de cada integrante de todos los grupos de manualidades.
A la inauguración se invita, además de alumnos, a todos los profesores y a los Concejales y Diputados de Cultura para hacerles ver que está bien invertida la subvención que las Instituciones aportan a este menester.

Y qué bien te sientes cuando ves tu trabajo finalizado!

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